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Mostrando entradas de mayo, 2018

cruje la rama

croac croac cruje la rama la rama cruje, negra y gris la noche oscura, cruac crua croaja el cuervo el cuervo negro y el negro cuervo, shhh shhh sopla el viento el viento frio y el frio viento, cae la noche sale la luna la luna blanca la blanca luna, croac croac cruac cruac shhh shhh la rama cruje el cuervo croaja el viento sopla la luna blanca la blanca luna

la taza de café

Era una mano blanca que una pluma sostenía eran Guadalupe y Natalia las palabras que escribía Era una mesa de pino sobre la mesa un papel en el papel dibujada una taza de café De pronto en un accidente la mano soltó la pluma el agua mojó el papel las palabras se escaparon como el humo del café

El perfecto asesino

Sherlock Holmes resolvió el caso. Tomó su abrigo, salió de su oficina en Scotland Yard y se dirigió a la casa del Alcalde. Al llegar el Alcalde mismo lo recibió. Señor Alcalde, debo decirle que, después de años de investigaciones, he descubierto al verdadero asesino de Londres. Bien, respondió el Alcalde, y dígame, quien es? Es usted señor. El Alcalde saco un cigarrillo, mientras lo encendía con la mano izquierda, con la derecha saco de su saco un revolver y mirando a Sherlock le disparó. Siempre supe que usted resolvería el misterio.

El candidato honesto

Eran tiempos de elecciones en la ciudad, y la gente cansada de los políticos corruptos decidió apoyar a un Candidato honesto, es más, alguien que brillará por su honestidad. Las encuestas decían que el Candidato era un ochenta porciento honesto, y su brillo iluminaba los sitios que visitaba, a su paso, niños, señoras y viejos salían para ver su luz, allá va, el será el nuevo presidente municipal, el es honesto. Pero para el Candidato ser el ochenta por ciento honesto no era suficiente, que sucedería si fuera mas honesto, que tal el noventa, o el cien, se imaginan, seria inminente su victoria. Así que concentro sus fuerzas, se encerró en una habitación y se transformó de un ochenta por ciento honesto en un noventa, siguió, siguió y llego al noventa y cinco, seis, siete, ocho, noventa y nueve, cien. Cien por ciento honesto, su brillo iluminó la habitación, cuando sus seguidores quisieron verlo no pudieron, la luz era enceguecedora, el mismo no era él, era pura honestidad al cien por