De los golleteros líbranos Señor
Quedamos de ir al billar Gallo el viernes de quincena, era el Chava, el Contador y yo. En quincena para que todos llevaran dinero y cada quien pague, porque si algo me cae mal es que haya golleteros, como les dicen aquí a los que nomás van a comer y no pagan, en otras partes les dicen gorrones, comecuandohay, lamidos y gaviotas. Pero nosotros no, nosotros vamos y si pagamos, al menos eso dijo el Chava. El billar Gallo era una vieja bodega de ladrillo y techo de lámina muy alto que permitía la ventilación, la iluminación era pobre y solo había un foco por mesa. En la barra una chica de minifalda de mezclilla, fea pero de bonitas piernas nos dijo que se podía pedir la hora de mesa de billar en cincuenta pesos papas fritas en treinta y cervezas a sesenta pesos la caguama. Pedimos dos caguamas y unas papas fritas, también le dije si nos podían encargar una pizza de peperonni, me dijo que si, la pizza familiar salía en doscientos pesos y que se pagaba por adelantado. Le di el dine