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Generación X

Soy de la generación X, es decir naci antes de 1981, crecí con el saqueo del presidente José López Portillo; la renovación moral de Miguel de la Madrid; la solidaridad de Salinas de Gortari y el error de diciembre de Ernesto Zedillo. Soy una generación que ha vivido las verdaderas crisis económicas en el país. En 1995 tenía yo 24 años y era maestro de una escuela privada. Cuando decidí renunciar a mi empleo porque me habían recortado la mitad de mis horas, me sorprendió que uno de los dueños dijera, se viene una crisis de lo peor, la cosa se va a poner cabrona. No le creí. Empecé mi tarea de buscar empleo. Buscaba anuncios para poder asistir a las entrevistas. Al principio compraba el periódico, hasta que descubrí que en la biblioteca pública lo prestaban gratis. Era cosa de esperar un rato, éramos digamos una media docena de personas esperando muy educados en la biblioteca. Nos apuntábamos en la lista y así de a poco todos leíamos el periódico. Deportes, sociales, política, nada d

El barrio de las Arrepentidas

Este barrio queda allá por el mercado de la merced. Esta entre la iglesia de San Camilito y la calle de Dolores. Lo que antes fueron casas de ricos ahora son vecindades y cantinas. Ahí la conocí. Ella llevaba siempre el mismo vestido de flores arriba de las rodillas. En ese entonces yo era boleador de zapatos. Cobraba un peso la boleada y uno cincuenta si querían tinta americana. A veces me dejaba bolearle los zapatos. Gratis, porque nunca traía dinero. Solo si no tenía cliente; si tenía, me despedía y me decía que volviera después. El cliente pagaba y ella lo   metía en uno de los cuartos de la vecindad. Vivía en el primer cuarto junto a la portería. Era prostituta. Hablaba italiano, aunque solo lo usaba cuando se enojaba. Había llegado como refugiada, aunque nunca me contó de qué. Tenía un rostro triste y unas piernas hermosas. Fumaba cigarros americanos. Lucky Star, lo sabía porque siempre juntaba las cajetillas. Se levantaba tarde, ya pasado el medio día. Encendía el tocadiscos

Sentado en el parque

Esta mañana lo vi. El estaba sentado en una banca del parque. No llevaba teléfono, tampoco una computadora. Parecía no tener prisa. Solo estaba ahí mirando la gente pasar y tomando café. Como un psicópata.

Cordelia

Desperté. Estaba en mi habitación. Me pregunté que me había despertado. La causa de todo eran unos ruidos. Tocaban a la puerta. Bajé las escaleras. ¿Quién es?, pregunte con temor. Nadie contestó. Decidí regresar a mi habitación. Soy yo. Era un timbre de voz bastante familiar. ¿Eres Cordelia? Pregunté tímido. Sí, soy yo. Abrí la puerta. Pasa, pasa. En su mano traía una sombrilla. Toma asiento, le dije. Ella guardó su sombrilla y se sentó en un sillón. Enfrente en una mesa estaba una caja de música china. Ella la miró. -       Es bonita. -       Es china le comente. -       ¿Y sirve? -       Por supuesto   Entonces fui donde la pequeña caja. La abrí. Le di cuerda, Gire la perilla y la solté. Se empezó a escuchar la música. -       Oh –dijo- ¿Acaso es? -       Sí, es balada para Adelina. -       Hermoso -       Lo es. La música se detuvo, Ella miro la caja. -       Cordelia, quiero regalarte esta caja -       ¿Porque no la conservas? -       No podría, -   

De los golleteros líbranos Señor

Quedamos de ir al billar Gallo el viernes de quincena, era el Chava, el Contador y yo. En quincena para que todos llevaran dinero y cada quien pague, porque si algo me cae mal es que haya golleteros, como les dicen aquí a los que nomás van a comer y no pagan, en otras partes les dicen gorrones, comecuandohay, lamidos y gaviotas. Pero nosotros no, nosotros vamos y si pagamos, al menos eso dijo el Chava. El billar Gallo era una vieja bodega de ladrillo y techo de lámina muy alto que permitía la ventilación, la iluminación era pobre y solo había un foco por mesa. En la barra una chica de minifalda de mezclilla, fea pero de bonitas piernas nos dijo que se podía pedir la hora de mesa de billar en cincuenta pesos papas fritas en treinta y cervezas a sesenta pesos la caguama. Pedimos dos caguamas y unas papas fritas, también le dije si nos podían encargar una pizza de peperonni, me dijo que si, la pizza familiar salía en doscientos pesos y que se pagaba por adelantado. Le di el dine

Clases de Francés

Entonces quieres participar en mi proyecto de investigación. Voy a pedirte que me elabores una carta de motivos y me des tu currículum. Me lo puedes enviar a mi correo. Ana asintió con la cabeza. Era una mujer hermosa de unos veinticuatro años, rostro sereno, cabello castaño, delgada. Traía un vestido a flores que dejaba ver su hermosa figura y sus bellas piernas. Marcos, profesor de biología marina, se sintió inquieto al hablar con ella. Tenía fama de conquistador en la Universidad. Lo único que lo controlaba era el temperamento explosivo de su guapa mujer, la profesora de francés. Voy a ocupar también de todo tu tiempo disponible, incluso del no disponible también. Este fin de semana habrá un festival del vino en Todos Santos. ¿Que tenías pensado para hacer este fin de semana? Tengo agendado el cumpleaños de mi hermana. Cancélalo, vas a acompañarnos a Julieta, la maestra de francés, y a mí. ¿Te gusta el vino? Pues casi no tomo. Te gustará ya verás. Por ahora es todo, te veo el sábado