Generación X


Soy de la generación X, es decir naci antes de 1981, crecí con el saqueo del presidente José López Portillo; la renovación moral de Miguel de la Madrid; la solidaridad de Salinas de Gortari y el error de diciembre de Ernesto Zedillo. Soy una generación que ha vivido las verdaderas crisis económicas en el país. En 1995 tenía yo 24 años y era maestro de una escuela privada. Cuando decidí renunciar a mi empleo porque me habían recortado la mitad de mis horas, me sorprendió que uno de los dueños dijera, se viene una crisis de lo peor, la cosa se va a poner cabrona. No le creí.
Empecé mi tarea de buscar empleo. Buscaba anuncios para poder asistir a las entrevistas. Al principio compraba el periódico, hasta que descubrí que en la biblioteca pública lo prestaban gratis. Era cosa de esperar un rato, éramos digamos una media docena de personas esperando muy educados en la biblioteca. Nos apuntábamos en la lista y así de a poco todos leíamos el periódico. Deportes, sociales, política, nada de eso era importante, lo único que buscábamos eran los anuncios de empleo.
Buscaba empleos de programador de computadoras, informática o de maestro. Pero al ver que estos empleos escaseaban empecé a buscar otros más promocionados, por ejemplo ventas. Usted es el candidato que buscamos, me dijo un día el gerente de una tienda de cómputo, ¿tiene usted auto?, bueno, si, contesté, tengo uno, era de mi padre, pensé, pero podría usarlo. Bien, como digo, es usted el candidato perfecto, conoce usted de equipo de cómputo, y muy seguramente podrá usted ayudarnos. Sin embargo la situación nos ha impedido abrir la nueva sucursal. Más adelante, ya que pase la crisis.
Nosotros le llamamos, Ya tenemos todos sus datos, ¿tiene algún teléfono donde podamos localizarlo? Ya me sabia todas las respuestas, como siempre contestaba de la mejor manera, esperando se diera el sí, está usted está contratado. Al principio me levantaba temprano, pero por alguna razón deje de hacerlo, empecé a levantarme tarde y a salir casi a las doce del día a buscar trabajo. Debería venir más temprano, me dijo la directora del Colegio Tepeyac que buscaba un capturista de datos, el empleo se lo dimos a alguien que llego a las ocho de la mañana. Lo cierto es que estaba yo deprimido. 
Por fin, después de tres meses buscando, un día me encontré con un anuncio, eres egresado de una carrera como las siguientes: Economía, Informática, Administración,  ven al piso 40 de la Torre Latinoamericana. Parecía un anuncio hecho para mí. Por supuesto fui de traje y corbata. Llegue y estaba lleno de gente, todos trajeados y las muchachas bien arregladas. Unos tipos nos condujeron a un salón donde nos acomodaron  sentados unos junto a otros. Un tipo al frente hablaba de cómo poder hacer mucho dinero con tan solo darle a él el equivalente a cien dólares para poder obtener el paquete de herramientas para trabajar. No se permitía interrumpir, hablar ni ir al baño, unos tipos te obligaban a seguir sentado. Un amigo y yo, nos escabullimos a riesgo de salir golpeados. Afuera del edificio nos despedimos y nos deseamos suerte. Al siguiente día habría que buscar empleo nuevamente.

Comentarios